jueves, 21 de junio de 2007


Mañana es uno de esos días en los que la gente demuestra sus pequeñas dotes de estilista ante cientos de personas que posiblemente no vuelva a cruzarse con ellas en su vida, pero quien sabe...

parace ser que el acto de graduarse no es nada más que un gesto simbólico de madurez y de incorporación a un nuevo mundo, igual de competitivo que el anterior, pero posiblemte con un poco de suerte, al menos es remunerado.

y a estas alturas a menos de 24 horas de celabrar algo inexistente aun no se que narices ponerme... quizás de eso se trata, por más que pretenda encontrar el traje o la prenda adecuada, no logro combinarla. algo parecido pasa con la vida... va siendo hora de decantarse por el pitillo o la campana, tomar decisiones arriesgadas de las que en un futuro ya se tendrá tiempo de arrepentirse...