Siempre he creído que las mejores ideas, las más brillantes le ocurren a uno en el momento más inesperado, en el más inadecuado... Teniendo una mala noche de sexo, en una cafetería o como a mí me pasa, durmiendo.
Es lo que tiene el insomnio. Mi actividad cerebral se dispara y pienso en cosas que hasta io mismo me soprendo y de las que siempre digo que tomaré nota a la mañana siguiente, para hacer de ellas algo memorable que contar...
Pero como siempre, se van.
Todo lo contrario que al genio de esta canción y videoclip, solo espero que si se le ocurrió la idea en un bar, llevara su notebook, porque no me imagino al bar sin servilletas de papel, que por ni servir, valen para limpiar las lágrimas. Pero que ásperas son.
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